En tiempos líquidos, la Terapia Grupal es el anclaje
- María Paz Flisfisch

- 8 oct
- 3 Min. de lectura
La fragilidad de vivir sin un anclaje
Vivimos en una época que el sociólogo Zygmunt Bauman llamó la "Modernidad Líquida".
Este concepto describe perfectamente la sensación de la vida moderna: todo es temporal, volátil y precario. Las estructuras que antes nos daban seguridad (el trabajo para toda la vida, los vínculos inquebrantables, las instituciones estables) se han derretido.
¿El resultado? Una profunda crisis en la salud mental.
Cuando el mundo exterior es inestable, nuestra vida interior se vuelve una tormenta. Los síntomas son evidentes:
Ansiedad constante e incertidumbre: ¿Qué pasará mañana con mi trabajo, mi pareja, mi país? La certeza se ha vuelto imposible.
Soledad y fragilidad de vínculos: cambiamos de amigos, de pareja y de comunidad a un ritmo acelerado, dejándonos con un
a sensación de aislamiento crónico.
Agotamiento y presión por el rendimiento: en un mercado laboral flexible y precario, siempre debemos estar "disponibles" y "adaptables," llevándonos al burnout (agotamiento).
El mensaje silencioso de la modernidad líquida es que "estás solo en esto". Tu bienestar es solo tu responsabilidad; si fracasas, es tu culpa. Este individualismo exacerba el malestar, haciendo que la búsqueda de ayuda parezca una debilidad personal, y no una respuesta lógica a un problema estructural.
El antídoto a la liquidez: el vínculo sólido
Frente a la fragilidad de los tiempos líquidos, el ser humano necesita puntos de anclaje. Necesita un espacio donde la estabilidad, la permanencia y el apoyo mutuo no sean opcionales, sino la regla.
Aquí es donde la terapia grupal emerge como el tratamiento más potente, actuando como un verdadero anclaje para la salud mental en este siglo.
Mientras que la vida líquida promueve la disolución de los lazos, el grupo promueve la reconstrucción del tejido social y emocional a través de:
La validación colectiva: al compartir con otras personas, la persona rompe el mito del aislamiento. Descubre que su ansiedad, su incertidumbre y su sensación de agotamiento no son un fracaso individual, sino una experiencia humana compartida frente a la inestabilidad.
Un contenedor estable: El grupo terapéutico es un espacio con reglas claras, un horario fijo y una duración definida. Estas estructuras sencillas, pero firmes, proporcionan una sensación de seguridad y predictibilidad que falta en el día a día.
El ejercicio del vínculo: los grupos son un "laboratorio" donde se pueden practicar y reparar las relaciones interpersonales. Permiten aprender a confiar de nuevo, a expresar vulnerabilidad sin miedo al abandono inmediato, y a fortalecer la autoestima a través del apoyo honesto de otros.
En esencia, si la modernidad líquida nos ha dejado sin suelo firme, un centro de terapias grupales ofrece la posibilidad de construir un puente seguro con otros. No ofrecemos solo una terapia individual, sino la oportunidad de volver a formar parte de algo duradero.
Nuestro Centro: un refugio de solidez
En Sienna, centro de terapias grupales, entendemos que la raíz de gran parte del sufrimiento actual no está solo en el individuo, sino en el contexto volátil que lo rodea.
Por eso, nuestros grupos están diseñados no solo para sanar heridas pasadas, sino para dotarte de herramientas relacionales y emocionales, para navegar la incertidumbre del presente. Te invitamos a dejar de surfear las olas de la ansiedad en soledad.
Encuentra tu anclaje. Encuentra tu grupo.
Si te sientes identificado con el malestar de los tiempos líquidos y buscas un espacio de pertenencia, contáctanos e informarte sobre nuestros próximos grupos.





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